Cirugía Plástica, estética y reconstructiva
Cuando hablamos de una otoplastia nos referimos a la técnica quirúrgica con la que se corrigen la posición y la forma de lo que se conoce como orejas “de soplillo” u orejas “en asa”. Así es como se suele llamar a las orejas cuyo pabellón auricular es más prominente de lo habitual.
Al no existir o ser deficiente el pliegue antehelix, el pabellón auricular tiene apariencia plana. Además, la llamada “concha” de las orejas suele ser más profunda. De ahí que parezcan más separadas y sobresalgan del contorno de la cabeza, restándole armonía.
La otoplastia es una intervención sencilla cuyo objetivo es colocar las orejas más pegadas a la cabeza o reducir su tamaño. Dura una hora aproximadamente y se realiza en quirófano, normalmente con anestesia local. Si se realiza en niños suele aplicarse sedación suave para que estén más tranquilos.
A través de la otoplastia se restablecen los pliegues normales de la oreja, consiguiendo un resultado apreciable de inmediato. Es permanente y sin cicatrices visibles, por lo que resulta muy natural. Esto es así porque la remodelación del cartílago se hace, en la medida de lo posible, desde la cara posterior del pabellón auricular. La cirugía queda camuflada.
Además de la otoplastia modificada o tradicional, la corrección puede hacerse sin pasar por quirófano, con cirugía mínimamente invasiva, mediante el sistema Earfold (colocando en el cartílago implantes de metal en forma de clip) o mediante hilos tensores. No todas las personas pueden ser candidatas a que se le practiquen ambos métodos.