Cirugía Plástica, estética y reconstructiva
Las mamas tuberosas, también conocidas como mamas tubulares, son una deformación de la mama que se detecta durante la pubertad. Aunque es una condición benigna, puede tener un impacto emocional significativo en las personas que la padecen, generando complejos e inseguridades.
La forma cónica de la mama se debe a una anomalía en el desarrollo mamario, donde el tejido que cubre la glándula mamaria en la parte inferior y los laterales impide que la glándula se expanda correctamente. Como resultado, la glándula busca una salida cercana donde la piel es más débil, generalmente en la zona de la areola y el pezón.
Para determinar si se tienen mamas tuberosas, la mejor opción es consultar a un cirujano plástico para una evaluación. Sin embargo, hay tres signos comunes que pueden indicar la presencia de mamas tuberosas: el surco submamario elevado y estrecho, herniación del tejido glandular a través de la areola y un aspecto de las mamas separado y con forma tubular o cónica.
Las mamas tuberosas se pueden corregir mediante cirugía. El procedimiento implica ampliar la base de la mama y bajar el surco submamario para definir un polo inferior mamario que antes no existía. En muchos casos, también se requiere la colocación de implantes mamarios.
La operación requiere un día de hospitalización y tras el alta se recomienda reposo durante la primera semana, evitando actividades físicas durante el primer mes. El tiempo de retorno a las actividades laborales depende del tipo de trabajo que se realice, generalmente oscilando entre una semana y un mes.
Es importante tener en cuenta que cada caso es único y es fundamental consultar con un cirujano plástico especializado para obtener una evaluación y recomendaciones personalizadas.