Cirugía Plástica, estética y reconstructiva
El postoperatorio de una cruroplastia puede generar molestias, pero el dolor suele ser moderado y controlable con la medicación indicada por el cirujano. Durante los primeros días, es normal sentir tirantez, inflamación y sensibilidad en la zona intervenida, especialmente al moverse o cambiar de posición.
Las molestias son más intensas en la primera semana y van disminuyendo progresivamente. Para mejorar la recuperación, se recomienda el uso de una faja compresiva, que ayuda a reducir la hinchazón y aporta soporte a los tejidos. También es importante descansar con las piernas ligeramente elevadas y evitar esfuerzos físicos.
En algunos casos, puede aparecer un hematoma superficial (equimosis) y una sensación de adormecimiento en la cara interna de los muslos, lo cual es temporal y se resuelve con el tiempo. Los puntos de sutura y las cicatrices requieren cuidados específicos, como una higiene adecuada y la aplicación de cremas cicatrizantes recomendadas por el especialista.
La mayoría de los pacientes pueden reincorporarse a actividades ligeras en dos o tres semanas, aunque el proceso completo de cicatrización es de 1 mes.
Si bien es una cirugía con un postoperatorio que requiere paciencia, los resultados son satisfactorios y duraderos, mejorando tanto la estética de los muslos como la confianza en uno mismo.