Cirugía Plástica, estética y reconstructiva
Cuando se coloca un implante mamario, el cuerpo responde formando una cicatriz alrededor del mismo, conocida como cápsula. Esta cápsula suele tener una consistencia similar a una membrana fina, permitiendo que la prótesis mantenga un tacto blando. Este proceso normal se denomina encapsulamiento fisiológico y, en general, no causa molestias ni dolor a la paciente.
En algunos casos, diversos factores irritantes pueden provocar que la cápsula se engruese en fases tempranas. Este engrosamiento puede reducir la movilidad de la prótesis y causar un endurecimiento que varía de ligero a muy intenso. Durante esta fase precoz, el tratamiento inicial suele ser médico y/o fisioterapéutico, resolviéndose en la mayoría de los casos con estas intervenciones.
El encapsulamiento tardío es más conocido por las pacientes y generalmente requiere tratamiento quirúrgico. Este tipo de encapsulamiento ocurre debido al envejecimiento, desgaste o rotura del implante. En esta situación, el organismo reconoce la silicona y el implante como elementos extraños e intenta aislarlos. Aunque el sistema inmunológico no rechaza el implante como tal, sí construye una cicatriz engrosada alrededor del implante, formando una “cápsula de aislamiento”.
El tratamiento del encapsulamiento tardío suele implicar el recambio del implante y la extracción parcial o completa de la cápsula periprotésica para resolver el problema y restaurar la apariencia y sensación normal del pecho.
Es fundamental seguir las recomendaciones postoperatorias y mantener un seguimiento regular con el cirujano plástico para detectar y tratar cualquier complicación a tiempo, asegurando así una recuperación y resultado óptimos.