Cirugía Plástica, estética y reconstructiva
La bichectomía es un procedimiento quirúrgico que implica ciertos riesgos, por lo que requiere una valoración cuidadosa antes de realizar la intervención.
Antes de recomendar una bichectomía, el cirujano plástico o maxilofacial revisará detalladamente el historial médico del paciente en busca de posibles contraindicaciones. Se prestará especial atención a la presencia de enfermedades crónicas, alergias o la toma de medicamentos que puedan comprometer el proceso. Además, se evaluará la salud oral y dental del paciente, ya que podría influir en la recuperación postoperatoria.
La presencia de trastornos de coagulación o el uso de anticoagulantes pueden aumentar el riesgo de hemorragia durante o después de la cirugía, lo que podría llevar a considerar la bichectomía como contraindicada o requerir una gestión especializada de la coagulación.
En casos de problemas de salud no controlados, como enfermedades cardiovasculares, diabetes o hipertensión arterial, es necesario estabilizar estas condiciones antes de considerar la cirugía.
La presencia de infecciones activas en la boca o áreas circundantes también puede contraindicar la bichectomía, ya que aumenta el riesgo de complicaciones y dificulta la cicatrización adecuada.
El cirujano evaluará la estructura facial del paciente, la calidad de la piel en las mejillas y la distribución de la grasa para determinar si la bichectomía es apropiada para lograr los resultados deseados. En casos de excesiva flacidez cutánea la bichectomía podría desaconsejarse, ya que la adaptación de la piel puede quedar limitada. En estos casos, se podrían considerar otras alternativas.
Es fundamental que los pacientes tengan expectativas realistas sobre los resultados del procedimiento. Aquellos con expectativas poco realistas o motivaciones no adecuadas podrían no ser candidatos para la bichectomía. El cirujano puede proponer otras opciones de tratamiento más adecuadas según sus necesidades y objetivos estéticos.