Cirugía Plástica, estética y reconstructiva
Como es obvio pensar, la mejor opción de tratamiento de una cicatriz depende de múltiples factores como su origen, la localización, características, los tratamientos previos que se le hayan aplicado y su estado actual.
Antes de afrontar cualquier tipo de tratamiento, se deberá realizar una valoración minuciosa de la cicatriz, descartando la existencia de cicatrizaciones patológicas, valorando la presencia de engrosamientos o depresiones y la extensión cicatricial. Todo ello condicionará el tratamiento más adecuado a seguir. Aún así, ningún tratamiento hará desaparecer por completo la cicatriz existente.
En general, el momento óptimo para realizar cualquier tipo de tratamiento quirúrgico de una cicatriz es a partir de los seis u ocho meses desde su formación, ya que este es el tiempo mínimo que la cicatriz tarda en madurar y perder su actividad. Las estrategias quirúrgicas que se usan para su corrección engloban la práctica totalidad de técnicas reconstructoras de la especialidad. Así mismo, cualquier tipo de tratamiento quirúrgico de una cicatriz se puede combinar con tratamientos médicos que actúen de manera sinérgica y mejoren el resultado final. No obstante, el resultado final estará condicionado por las características genéticas y cuidados postoperatorios de cada paciente.
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