La piel es el órgano más grande del cuerpo. Su función es la de protegernos de agentes externos como por ejemplo la luz del sol, sustancias químicas o infecciones. El cáncer de la piel es el tipo de cáncer más frecuente. Cada año se diagnostican en el mundo más de 3 millones de personas con cáncer de la piel. Existen diferentes tipos de cáncer que se originan en la piel. Los más comunes son el cáncer de las células basales y el cáncer de las células escamosas. Otro, no tan frecuente pero mucho más grave, es el melanoma.
El cáncer de la piel es más común entre las personas de piel blanca y que han pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares. Por este motivo, aunque puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, es más común en las áreas con mayor exposición a los rayos solares como la cara, el cuello, las manos y los brazos.
Su forma de aparición puede ser muy variable. El signo más común del cáncer de la piel es un cambio en el aspecto de la piel, como por ejemplo un crecimiento o herida que no sana. A veces puede haber una pequeña protuberancia. Esta protuberancia puede ser de apariencia suave, brillante y cerosa, o puede ser roja o marrón rojizo. El cáncer de la piel también puede aparecer como una mancha roja áspera o escamosa. Sin embargo, no todos los cambios en la piel significan que se tiene cáncer. Pese a ello, si que es conveniente acudir al médico cuando note algún cambio. Si se observa una lesión en la piel, se puede realizar una biopsia que consiste en la extirpación de toda o parte de la lesión para su análisis en el microscopio.
La mayoría de los cánceres de la piel de tipo no melanoma pueden curarse. La probabilidad de su recuperación (pronóstico) y elección de tratamiento dependerán del tipo de cáncer y del grado de diseminación de éste.
Tipos de cáncer de la piel
- Cáncer de las células basales (basalioma o carcinoma basocelular)
- Es el tipo más frecuente de cáncer de la piel no melanoma.
- Se suele dar en zonas de la piel expuestas al sol.
- Puede aparecer como un abultamiento de la piel de tacto suave y color nacarado. También puede tener aspecto de cicatriz.
- Puede diseminar a los tejidos de alrededor y no suele diseminar a otras partes del cuerpo.
- Carcinoma de células escamosas (carcinoma espinocelular)
- También son más frecuentes en zonas de la piel expuestas al sol o zonas de piel quemadas, expuestas a productos químicos o radioterapia.
- Suele aparecer como un abultamiento rojizo y duro. También puede descamar, sangrar o desarrollar una costra.
- Pueden diseminarse a los ganglios linfáticos de la zona en la que aparece la lesión cutánea.
- Queratosis actínica
- Es una lesión precancerosa. Es decir, aun no se considera maligna, pero tiene alto riesgo de degenerar a un cáncer de la piel.
- Son más frecuentes en zonas expuestas al sol.
- Suelen ser lesiones en forma de parches escamosos y ásperos, color rojo o marrón.
Tratamiento del cáncer de la piel
El cáncer de la piel se puede tratar mediante:
- Cirugía: es el tratamiento más común. El tipo de cirugía dependerá de cada caso en función de la localización del tumor y de su extensión. Hay que tener en cuenta que, en algunos casos y dependiendo del tamaño del cáncer, puede ser necesario que el cirujano tome piel de otra parte del cuerpo para ponerse en el área donde se extrajo el cáncer. Este procedimiento se denomina un injerto de piel. Si la piel que toma se encuentra en la zona anexa dónde se ha extirpado el tumor y hay una pequeña zona que queda conectada con la zona donante, se denomina colgajo.
- Quimioterapia
- Radioterapia
Como hemos comentado anteriormente, el tratamiento del cáncer de la piel dependerá del tipo, la localización y la extensión de este, así como del estado general del paciente. En este sentido, cuanto más pequeño sea el tumor en el momento de su diagnóstico, mejor será el pronóstico y el tratamiento que requerirá también será menos agresivo. Por este motivo, es muy importante hacerse examinar la piel de manera regular con el fin de detectar este tipo de lesiones lo antes posible.
En cualquier caso, el mejor tratamiento es la prevención por lo que el uso de fotoprotectores solares es altamente recomendable. Además, deberemos evitar la exposición al sol en las horas de máxima radiación, es decir, al mediodía y primera hora de la tarde.
Así pues, ya lo sabes, protégete del sol y hazte revisiones anuales de la piel para poder detectar este tipo de lesiones lo antes posible. Si tienes alguna lesión nueva de la piel y tienes dudas, no dudes en consultarnos. Nuestro equipo de profesionales estará encantado de poder ayudarte.