La Terapia de inducción colágena percutánea es un tratamiento en auge en el mundo de la medicina estética ya que se consiguen con ella unos resultados notablemente visibles sin necesidad de recurrir a técnicas quirúrgicas.
La terapia de inducción colágena percutánea está indicada, no solamente para combatir la flacidez de la piel, sino que también resulta altamente efectiva en la atenuación de arrugas, líneas de expresión, cicatrices y manchas. Esta terapia, aunque puede parecer exclusivamente asociada a tratamientos faciales, también se aplica en tratamientos corporales destinados a reducir la celulitis, la flacidez corporal, las estrías e incluso para tratar la alopecia.
¿En qué consiste?
El procedimiento consiste en deslizar repetidas veces sobre la piel un cilindro dotado de micro agujas que producen micro perforaciones en la piel. Estas micro lesiones en la piel desencadenan el proceso natural de reparación y regeneración de la misma, entre los cuales se encuentra la producción de colágeno y elastina, que son las sustancias responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.
Tratamientos complementarios
Dado que las micro perforaciones que se producen con esta terapia alcanzan un nivel profundo, llegando hasta la dermis, esta terapia puede complementarse con la aplicación de otros tratamientos como, por ejemplo, la administración intradérmica de vitamina C, ya que a ésta a nivel dérmico se absorbe mejor cualquier tratamiento.
Resultados
Desde la primera sesión se pueden apreciar los beneficios de la terapia de inducción colágena percutánea. La piel se aprecia más luminosa, tersa y rejuvenecida. Sin embargo, serán necesarias varias sesiones para alcanzar unos resultados óptimos, ya que el restablecimiento de los niveles de colágeno requiere entre 6 y 8 semanas.
Recuperación después del tratamiento
La terapia de inducción colágena percutánea puede producir enrojecimiento de la piel, que desaparecerá a las pocas horas. Su médico puede indicarle el uso de cremas adecuadas para la correcta regeneración de la piel. Además, es imprescindible el uso de protección solar.
Dra. Mireia Ruiz Castilla
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